lunes, 1 de junio de 2015

Ser feliz sin un euro


0,00 euros. Ese es el precio en Amazon del libro «Feliz sin dinero. Cómo vivo mejor y de manera más ecológica sin un céntimo». El autor se llama Raphael Fellmer, un alemán de 31 años que hace cinco abandonó su antigua vida para comenzar una «huelga de dinero», como él mismo lo califica. 

«Todo comenzó como un experimento: inicié un viaje con dos amigos en autostop desde Holanda hasta México para demostrar que también es posible viajar sin dinero», asegura Raphael en conversación telefónica. «El experimento acabó funcionando: tras once meses, conseguimos llegar en velero a nuestro destino. Pero la experiencia me enseñó algo más: que las relaciones humanas son más puras y mucho más auténticas si no hay dinero de por medio». 

Paradójicamente, de adolescente, Raphael soñaba con ganar lo antes posible su primer millón para invertirlo en proyectos sociales. De hecho, en su primera estancia en México se dio cuenta de lo fácil que era hacer dinero si uno se dedica a ello con «empeño, ambición y perseverancia», tal y como cuenta en su libro. Sin embargo, también se percató de que ganar dinero no sólo le resultaba «aburrido», sino también «siniestro»: «Me horrorizaba la idea de hacerme millonario a costa de gente trabajadora».

«Todo fluye»

En lugar de invertir tiempo y fuerzas en engordar su cuenta bancaria, Raphael milita en la cultura del compartir: «Para vivir sin dinero es fundamental ofrecer las capacidades o bienes que tienes sin esperar nada a cambio. Mi visión de un planeta sin dinero no es un mundo de trueque, sino más en línea con el funcionamiento de la naturaleza. En la naturaleza, el árbol no cierra un contrato con la tierra para que el primero deje caer las hojas como nutriente, sino que todo fluye». 

Y ese «todo fluye» parece funcionar más allá de la vida de Raphael. En 2012, cofundó foodsharing.de, una plataforma que se encarga de recoger parte de los más de once millones de toneladas de alimentos todavía comestibles que el actual sistema económico desperdicia anualmente en Alemania. Una red de 6.000 voluntarios se encarga de distribuir gratuitamente esos alimentos tanto a personas pobres como a ciudadanos críticos con el consumismo capitalista. Foodsharing rescata 10.000 kilos de comida al día en Alemania, Austria y Suiza, que llegan a manos de unas 70.000 personas semanalmente. 

Casado con Nieves (una española que conoció en Berlín) y padre de dos hijos de 1 y 4 años, Raphael reconoce que su huelga de dinero es más complicada desde que tiene familia. Nieves sigue usando algo de dinero para pagar el seguro médico de los niños y para otros gastos. «Pero usa muy poco. Mi familia no hace huelga de dinero, pero sí de consumo», asegura Raphael. 

 En cuanto a la vivienda, hasta ahora eran en parte nómadas. Han vivido en lugares que les ofrecía la gente, en cuartos o en pequeños apartamentos compartidos con otras familias. Pero Raphael y los suyos buscan ahora un lugar en España, Francia o Italia para asentarse. Su próximo sueño es recuperar un pueblo abandonado para crear Eotopia, una comunidad vegana, ecológica, sostenible, libre de dinero y conectada con el mundo a través de Internet. Raphael también busca personas que le ayuden a traducir su libro al español. La remuneración, por supuesto, asciende a 0,00 euros.


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