miércoles, 25 de febrero de 2009

Yoani Sánchez: "En Cuba ya vivimos en el capitalismo"

Se ha convertido en una de las principales voces críticas con el Gobierno y el socialismo cubanos dentro de la isla a través de su popular blog Generación Y. Una sucesión de crónicas sobre el día a día del cubano cargadas de (amarga) ironía que ha sido galardonada con varios prestigiosos premios de periodismo on-line en Europa. No son pocos los que que le acusan de oportunismo, de ser "la elegida para la crítica abierta". También se le acusa de ser una agente del imperialismo estadounidense, como ella misma me contó durante un discreto encuentro de un par de horas en un hotel situado en el centro de La Habana. Sea como sea, el trabajo de Yoani Sánchez brilla, sin duda, por su valentía, en un país donde todavía muchos bajan la voz cuando hablan mal del sistema y del poder. Con palabras certeras y directas, Yoani diseccionó su punto de vista sobre el actual momento que vive Cuba y su futuro próximo.

¿Por qué comenzaste a escribir un blog?

Por hastío, cansancio, por una especie de saturación interior. El inicio del trabajo en el blog Generación Y fue la expresión de un grito interior que tenía que salir.

¿Y cuáles son las principales consecuencias de esa libre expresión?
Las consecuencias son muchas y diversas. Pero, resumiendo, diría que la principal es la radioactividad que ahora despide mi figura. Ahora soy una ciudadana radioactiva para el Gobierno y para las personas que están a mí alrededor. Además, me han definido como una contrarrevolucionaria, sin embargo yo no me considero ni revolucionaria ni contrarrevolucionaria. Soy una una simple ciudadana de Cuba. Otra de las consecuencias claras de mi trabajo de libertad de expresión es la imposibilidad de salir del país. Las autoridades me han denegado una y otra vez la salida de Cuba. Supongo que porque saben que volveré. El régimen cubano suele dejar salir a aquellos ciudadanos que ellos piensan que no volverán. En cambio, saben que yo no tengo interés en quedarme fuera de mi país, que volveré a allí de donde soy.

¿Qué hay sobre la vigilancia?
Probablemente estoy vigilada, sobre todo en mi casa. No estoy segura de que los servicios de seguridad me sigan por la calle. Sin embargo, más que la vigilancia, lo que más daño me ha hecho son las campañas de difamación a través de los blogs oficialistas así como de soportes en el extranjero como la web Kaosenalred.net. Esas diversas campañas de difamación han extendido informaciones falsas sobre mí, como por ejemplo que soy una agente de la CIA, una agente del imperialismo.

¿Cuál es la actual situación en Cuba en el plano de la libertad de expresión?
Las cosas van lentas, pero la situación está cambiando poco a poco. Cada vez más gente se une al grupo de los que han perdido el miedo hablar, de aquéllos que han salido del círculo del silencio. Mientras tanto, el número de gente que apoya incondicionalmente al Gobierno va perdiendo miembros irremediablemente. Seguramente son procesos que se alimentan recíprocamente. ¿La causa principal? El gran hipnotizador, Fidel Castro, ya no está presente como antes. Yo diría que ahora mismo hay tres grandes grupos en Cuba: los jóvenes, cuya mayoría desea un cambio total; los mayores que, pese a su desencanto, tienen miedo al cambio; y los que continúan siendo fieles al régimen cubano por algún motivo.

Pese a la famosa frase de Fidel "Todo dentro de la Revolución, nada fuera de ella", ¿crees que el principal pecado de la Revolución haya sido la falta de autocrítica?
No creo que la Revolución haya sido autocrítica en absoluto. Durante mi época estudiantil también quise aportar mi grano de arena, mi crítica constructiva al sistema. Pero pronto me percaté de que el oportunismo era el cáncer de este socialismo. Los oportunistas siempre acabaron pisando y machacando mis aportaciones. El oportunista se apoderado de este proceso. Hay que tener otra cosa en cuenta: la revolución acabó con todos los mecanismos de articulación cívica. El miedo, producto del excesivo control social, acabó con estos mecanismos, por lo que es muy difícil construir algo fuera del sistema.

Hay una cosa que me llama la atención: el socialismo cubano no ha construido ningún culto a la personalidad de Fidel, como ocurrió en los regímenes de Europa del Este, por poner un ejemplo...
Sí, es cierto que Fidel ha sido muy cuidadoso con ello. En toda Cuba sólo hay dos estatuas del Comandante en Jefe. Con todo, no hay que olvidar que nuestro país está lleno de murales con la imagen de Fidel y con extractos de algunos de sus discursos más famosos. Mi opinión es que este proceso se ha construido a imagen y semejanza de un hombre, Fidel, sin haber hecho culto a su persona. El régimen ha querido que cada uno de los cubanos fuera una copia de él.

Después de conversar con unos cuantas decenas de cubanos, saqué la conclusión de que esta sociedad está, además de desencantada, bastante deshumanizada...
Sin duda, este proceso ha envilecido a este pueblo. La introducción de la doble moneda, además de acentuar la diferencia entre clases sociales y provocar una esquizofrénica económica absoluta, ha envenenado la vida diaria del cubano. Mucha gente está dispuesta a dejar de lado los valores morales (que paradójicamente son constantemente pregonados por el Gobierno revolucionario) para conseguir como sea la entrada en la economía familiar de divisas, del famoso peso cubano convertible. De otra manera no se explica que, a diferencia de décadas anteriores, muchas familias cubanas hagan gala, estén orgullosas de que sus hijas sean prostitutas. Eso se ha convertido en todo un símbolo social...

Algunos cubanos que ahora tienen 30 o 40 años aseguran que los 80, tras la primera oleada migratoria hacia los Estados Unidos, la de Mariel, cuando Fidel pronunció la famosa frase de "aquéllos que ahora se van como gusanos, nunca volverán como mariposas", fue el auténtico momento del desengaño...¿cuál crees que fue el momento que supuso el auténtico punto de inflexión para la mayor parte de los cubanos actualmente desencantados con la Revolución?
Creo que son varios momentos. Para algunos fue 1968, el año de la 'ofensiva revolucionaria' y de los aplausos de Fidel a la entrada de los tanques soviéticos en Praga. Para otros, la caída del bloque soviético y el consiguiente periodo especial de los primeros años de los 90. Y pese a ese creciente desencanto del pueblo cubano a lo largo de las cinco décadas de Revolución, aún muchos se preguntan cómo ha sido posible que esta olla presión no haya explotado. Bien, esta jaula, este parque temático para el turista, con sus coches de los años 50, está muy buen montada y tiene una puerta trasera que funciona como válvula de escape. Esa puerta trasera se llama emigración.

También me llevé la sensación de que el cubano, con excepciones, suele estar bastante mal informado, y de que la gente joven tiene hambre de información que sea otra que la oficial. Ahí Internet podría jugar un papel muy importante, si es que alguna vez llega la banda ancha procedente de Venezuela prometida por el Gobierno...
Sinceramente, no creo que cuando esa línea de banda ancha tirada desde Venezuela llegue a Cuba [infraestructura prevista para el periodo de 2010-2011], Internet se vaya a convertir en un servicio de acceso universal en Cuba. ¿Para qué vamos a esperar a entonces si no va a cambiar nada de nada? No nos engañemos, Internet sería una herramienta demasiada peligrosa desde el punto de vista subversivo y que se le escaparía de las manos al Gobierno. Éste quiere tener todo el flujo de información controlado. Un ejemplo de ello: en Cuba no se venden impresoras. En La Habana se está vendiendo ahora mismo una sola que será aproximadamente de principios de los 90. Su precio es exorbitado, inalcanzable para cualquier sueldo medio cubano, y seguramente la han puesto a la venta para que no se le pueda echar en cara al Gobierno que en Cuba no se puede comprar una impresora. Con ella se podría imprimir masivamente informaciones poco agradables para el Gobierno.

¿Y qué me dices de la educación, la sanidad y la seguridad en las calles? Realmente, parece haber cierto consenso entre la población sobre el hecho de que son tres innegables conquistas de la Revolución.
Desde mi punto de vista, la educación y la sanidad son un mito procedente de la época de la Revolución subvencionada por la URSS. Pero los mitos, mitos son. La sanidad y la educación no son gratuitas en Cuba. Su precio se lo descuentan a los cubanos de los salarios de miseria que reciben. En cuanto a la seguridad, es innegable que Cuba es un país seguro en comparación con otros países latinoamericanos. Pero creo se trata de un efecto colateral de la Revolución. Ello se ha conseguido gracias al férreo control policial y social existentes en este país.

Si los sueldos son de miseria, ¿cómo consigue sobrevivir el cubano?
Este sistema nos ha obligado a vivir en la constante ilegalidad para poder llegar a fin de mes. Es decir, la realidad del cubano es la realidad de la corrupción diaria, la del robo, la del deterioro del sistema moral y ético vendido oficialmente por el régimen socialista. En definitiva, vivir en la ilegalidad es la única manera que tiene el cubano para sobrevivir.

¿Qué me dices de aquellas voces que apuntan al enriquecimiento de Fidel Castro en pos del pueblo cubano?
Sí, es cierto que se habla del dinero de Fidel tiene en el extranjero. Es innegable que en las cuentas del Estado existen ausencias de grandes sumas de dinero, pero no cuento con pruebas de ese presunto enriquecimiento de Fidel.

Desde el punto de vista económico, ¿crees que Cuba está preparada para vivir en un sistema capitalista?
¡En este país ya vivimos en el capitalismo! Sólo hace falta darse una vuelta por la calle y ver cómo de brutalmente funciona el mercado negro. Lo que pasa es que vivimos en un capitalismo estatal. En Cuba no hay una propiedad social pública de los medios de producción, sino un control absoluto del Estado, que no está dispuesto a soltar cuotas de su poder económico. ¿Por qué? Porque autonomía económica significa autonomía política, y eso supondría el fin del sistema.

¿Eres optimista respecto al futuro de Cuba?
Soy pesimista a corto plazo y optimista a largo plazo. En este país se van a pasar momento muy difíciles. Ello se habría podido evitar si nuestros gobernantes hubieran pensado en su pueblo a principio de los 90 en lugar de empeñarse en mantenerse anclados en sus caprichos ideológicos. Pero ahora, tal y como está Cuba, creo que la fractura y el choque van a ser irremediables para que haya cambios sustanciales.

¿Te está refiriendo a una guerra civil?
No, me refiero a que en el momento se produzca una transición, ésta se produzca de forma abrupta, a lo que el Gobierno reaccione con resistencia. Esperemos que no de forma violenta.

¿Cuántos años de vida le quedan a la Revolución tal y como la conocemos hoy en día?
El problema es que los viejos han cerrado el camino a los jóvenes dentro del Gobierno, han dinamitado a las nuevas generaciones. Sinceramente, creo que a este sistema le queda todavía una década de vida. También creo que el futuro presidente de la nueva Cuba, aquél que llevará a cabo los cambios necesarios en este país, juega ahora mismo a pelota en alguna calle de Cuba.

¿Y cuáles crees que son los cambios fundamentales que necesita tu país?
Yo me conformaría con una solo: la libertad de expresión y opinión. Seguro que esa libertad provocaría una cadena de cambios irremediable en Cuba.

¿Tienes miedo a las futuras consecuencias que puedas sufrir si sigues con el trabajo de tu blog?
¿Miedo? Siempre hay un poco de miedo, pero en el punto donde ahora me encuentro ya no hay vuelta atrás. Es como cuando un perro te está persiguiendo: no ganas nada con frenar de golpe. En realidad, no le tengo miedo al sufrimiento o al dolor físicos, sino a lo que podría llegar a sentir si todo el peso de un Estado, con todos sus poderes interiores y exteriores, cayera sobre mí, un simple individuo, una simple ciudadana.

1 comentario:

Gonzalo Gómez Montoro dijo...

Muy brillante la entrevista, Andreu. Creo que sintetiza muy bien las ideas de Yoani Sánchez y, por tanto, de muchos jóvenes cubanos. Se agradece leer entrevistas así, sin tópicos, sin resentimientos por parte del entrevistado. Se nota que Yoani Sánchez ha reflexionado profundamente todo lo que dice, que no habla buscando de un titular llamativo. Desde luego, a través de sus palabras se trasluce una inteligencia enorme.
(Por cierto, ya me tienes con ganas de leer tu próxima entrevista, sea quien sea tu interlocutor).
Un abrazo,
Gonzalo