martes, 4 de noviembre de 2008

¿Lo quieres? Pues cógelo...

Bernd Wagner es un tipo con una biografía típicamente berlinesa: nacido, crecido y educado en la RDA (República Democrática Alemana), inició una carrera intelectual que rozó la gloria y que se topó finalmente con el dogmatismo represivo socialista. Wagner acabó cruzando el muro, y tras el hundimiento del socialismo real, reinició su vida artística en la Alemania reunificada con esperanzadoras expectativas. Pero la vida puede jugar malas pasadas al Lebenskünstler. Y más si vive en Berlín.

Wagner, tras rozar de nuevo la gloria en la reunificada República Federal Alemana, enfermó en 2005. Ahora es desempleado y vive del archiconocido Arbeitlosengeld (II) (el paro, para los españoles). Esa precariedad ha sido la fuente de inspiración para su último y reciente libro, escrito a cuatro manos con su hija Lisa Wagner: Berlin für Arme. Ein Stadtführer für Lebenskünstler, un manual de supervivencia en una ciudad barata donde se suele ganar poco, si es que se gana algo.

Porque Berlín también se puede disfrutar gratis. Sin un duro. El libro de Wagner es una prueba más de que con curiosidad, con poca vergüenza y, sobre todo, con necesidad, Berlín ofrece una serie de actividades por el módico precio de 0 euros.

Durante los últimos años se ha venido prestando cada vez mayor atención a una política de apropiación colectiva y visible. Esta política está marcada por la subversión de la lógica del intercambio de signo capitalista en favor de un concepto de apropiación basado en el deseo, la cual no se somete a restricciones económicas. Tales gestos tienen en común una actitud altamente libertaria, una negación exuberante y juguetona de la alienación y la exclusión provocadas por las dinámicas consumistas, así como una clara orientación social que intenta ir más allá de los paradigmas de las estructuras políticas tradicionales tanto en la teoría como en la práctica”. Así comienza el magnífico artículo Gestos de la resistencia cotidiana, escrito por Anja Kanngieser y publicado por la revista Transversal en febrero de 2007.

Anja desgrana en su ensayo los principales movimientos del conocido como movimiento Umsonst alemán: colectivos que asaltan masivamente tiendas de lujo para distribuir posteriormente sus productos entre gentes de vida precaria, grupos que usan el transporte público sin pagar el ticket correspondiente, etcétera. Todas las acciones, llevadas a cabo de forma ostentosa y pública, sin miedo a posibles represalias. En Barcelona, colectivos ensayaron estas iniciativas bajo el juego de palabras YOMANGO.

En la Brunnenstr. 183 hay una tienda gratuita, la Umsonstladen. Un proyecto que podría quedar encuadrado en el movimiento descrito por Anja. Robert Podzuweit, uno de los miembros del coletivo que regenta la tienda, me corrige bien pronto: “Ciertamente se habla de un movimiento Umsonst alemán. Pero nosotros no tenemos que ver con él, nos desmarcamos de tácticas como el robo masivo”.

La Umsontsladen es “una alternativa ecológica al capitalismo de producción y consumo”: cuando no utilizas más algo, lo puedes dejar en la tienda. Cuando necesitas alguna cosa, la puedes coger de la tienda. Así de sencillo. “Evitamos producir al tiempo que ponemos a disposición de la gente una serie de productos, que de no ser por nuestro proyecto, acabarían en la basura”, me cuenta Robert.

¿Y qué han conseguido hasta ahora?: “Primero, sobrevivir seis años, lo que no es poco tal y como está la cosa. No hemos cambiado el mundo, pero hemos levantado una alternativa para que la gente tenga que trabajar menos para vivir”.

P.D: esta nota no cupo en el último número de B2 Magazine, y vino precedida de un reportaje sobre el tema publicado en el Setmanari Directa.

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